sábado, 21 de agosto de 2010

LOS TEMPLARIOS HABILES BANQUEROS.

Las facultades y privilegios obtenidos gracias al apoyo episcopal, recibido desde el concilio de Troyes, sería el orígen del bienestar económico que experimentaría la Orden hasta su disolución, y que ha provocado bastante especulación.

A las ganancias económicas que trajo consigo los diversos privilegios eclesiaticos hay que sumar las diversas donaciones tanto de terrenos como de riquezas materiales, de las cuales fueron objeto los templarios, fundamentalmente por el hecho de que realizar una donación a la Orden del Temple, no significaba tan solo ayudar a esta hermandad, sino que tambián significaba ayudar a toda la cristiandad, a los Santos Lugares, a la cruzada, etc., a la vez que cuanto más grande la donación mas cerca del cielo se estaba.

Se pueden distinguir claramente tres motivos por los cuales se realizaban donaciones a la orden de Los Caballeros Templarios:

1) Por amor a Dios: Muchos donantes creían que las riquezas otorgadas a la Orden, parte del cristianismo, pagaban un lugar en el cielo.

2) Por admiración a la Orden: a sabiendas que esta particular hermandad estaba permanentemente expuesta a la muerte, mientras otros canónigos se escapaban del mundo y lo enfrentaban con oraciones, los caballeros templarios le hacían frente por medio de la cruz y la espada, movidos por la fe y el valor, mediante el enfrentamiento armado contra los infieles, que amenazaba por dos frentes la Europa cristiana.

3) Por Previsión: dado el violento modo de vida que caracteríza la vida del Bajo medioevo, reyes, principes,condes, caballeros y otros presumían que una generosa donación a la Orden hoy garantizaba el socorro militar, político u económico mañana.

Por otro lado a cualquier reino le convenía tener el opoyo militar proporcionado por los templarios, por lo cual realizan diversas donaciones, a la milicia templaria, en zonas fronterizas, siendo el mejor ejemplo, la península Ibèrica, en la cual existen hasta nuestros días muchos lugares relacionados con el temple, como castillos, iglesias, ermitas, abadías, etc.

Vale la pena detenerse en el caso de la Península Ibérica, ya que los caballeros templarios fueron una pieza fundamental para la reconquista. Dicha península presentaba características similares a Tierra Santa, viviendo una cruzada paralela y de data más antigua que la convocada por Urbano II y sus predecesores, por lo cual los caballeros templarios se relacionan con la península desde sus primeros años.

La primera referencia se encuentra en un códice que lleva por titulo "La historia Lusitana" escrito por el portugués Bernardo de Brito (1569 – 1617) citado por Justo A. Navarro, que aduce a una de las primeras donaciones mas grandes realizada a esta orden:

..."El reino de Portugal fue el primero que dio entrada a la "Orden del Templo". Ya en este año de 1126 tenían tierras propias de las cuales hacían asiento, como la de la torre del Tumbo"...

Sin embargo este códice es muy criticado, por proponer una fecha demasiado temprana. Más certeza, conmoción y menos claridad presenta la gran donación que realizo el rey de Aragón y de Navarra Don Alfonso I "El Batallador", quien realizó una de las donaciones más grandes a los Caballeros Templarios, ya que al morir reparte su reino entre dicha Orden, los Caballeros Hospitalarios y los caballeros del Santo Sepulcro.

El texto habría sido escrito en 1131 y ratificado en 1134, tres días antes del fallecimiento del rey, y dice lo siguiente:

..."En el nombre del Sumo, e incomparable bien, que es Dios, Yo Alfonso Sanchez, Rey de los Aragoneses (...) pensando conmigo mismo, y resolviendo en mi mente (...) ordenar a cerca del Reyno que Dios me ha dado, y de mis posesiones, e rentas, lo que haya de ser después de mi (...) Y esto assi dispuesto, para despues de mi muerte, dexo por heredero, y successor mio al Sepulcro del Señor, que esta en Jerusalén, y a los que velan en su custodia, y sirven allí a Dios, y al Hospital de los pobres de Jerusalén, y al Templo de Salomón, con los caballeros que allí velan para la defensa de la Christiandad. A estos tres dexo mi Reyno"... (Citado de: Campomanes, 1747 pp. 198-199)

Esta donación nunca se hizo efectiva, ya que la oposición fue mayor, de haberse consolidado estas órdenes habrían fundado tres reinos diferentes, que además de enfrentarse entre ellos, amenazarían a los ya establecidos.

El testamento deja entrever la preferencia o admiración que tenía este rey específicamente por la orden de los Pobres Soldados de Jesucristo, ya que se lee lo siguiente: ..."Añado también a la Cavallería del Templo el caballo de mi perfona, con todas mis armas"... (Campomanes, 1747) Mas que el valor monetario que tenía en el Medioevo un caballo y las armas, destaca el valor intrínseco que obtenían por ser objetos personales de un rey que, en cierto modo, entregaba su espíritu a la Orden en una época donde cualquier acto u objeto religioso era muy significativo.

Este testamento es muy desconcertante para los historiadores, quienes coinciden en que esta donación no se corresponde con la habilidad política y estratégica, que caracterizaba el rey, quien había gobernado enérgica y exitosamente durante treinta años, convirtiendo la serie de señoríos que recibió, en una potencia ibérica. Sin embargo (Barber, 2002) propone que el rey habría sido estéril y el asunto de su donación le daría tiempo a su hermano, Ramiro II "El Monje" a abandonar su vida de monacal y evitar que Alfonso VII de castilla se hiciera con el poder.

Las tres órdenes en cuestión no tardaron en intentar hacer efectivo dicho testamento, sin embargo luego de años de tensiones las órdenes depusieron sus pretensiones, a cambio de terrenos y castillos, a través de los cuales harían frente a la amenaza musulmana, convirtiéndose en una fuerza fronteriza. Comenzando así una expansión por la península Ibérica.

Sin embargo existen prueban que aseguran que la Orden de los Caballeros Templarios habrían ocupado la península la década antes al testamento de Alfonso I "El Batallador" (1134). Un códice citado por Justo A Navarro fechado en 1129 se refiere a una donación anterior a la del rey Don Alfonso, cuya transcripción es la siguiente:

..." En el nombre de Dios, yo el Señor Miro dono a los hermanos del templo Hierosolimilitano todos mis derechos que tengo y debo tener en la Iglesia de Boquiñen (...) reinando el rey Alfonso en Aragón"... (J. A. N.)

Además del testamento de Alfonso I "El Batallador" el conde de Barcelona Ramón Berenguer III, fue a su vez hermano templario y la introduce a su reino con el siguiente mandato..." Determino acrecentar esta orden para que, según aquella regla e institutos, y debaxo de obediencia perseverasen en ella y la profeses. Y ello con el fin de que los que lo sucediesen en su señorío persistiesen en la defensa de la Iglesia oriental, en la extirpación de la secta mahometana y en el ensalzamiento de nuestra Sagrada Religión"... (Dastin, 2004)
De esa forma los caballeros templarios adquirirían territorios no solo en Hispania, sino que en diversos países de Europa, pasando de ser los pobres soldados de Jesucristo, defensores de los peregrinos que visitaban Tierra Santa, a una gran empresa transnacional, especializándose, y destacándose, como prestamistas y financieros de diversos proyectos, por lo cual muchos historiadores se refieren a ellos como Los Banqueros de la Edad Media.

En los años venideros los caballeros templarios sabrán aprovechar su habilidad comercial y administrativa, y los terrenos donados en distintas partes de Europa estarán destinados a la producción comercial para la mantención de la causa oriental. Lo cual se traducía en armamento, alimentación de los hermanos, vestimenta y todos los gastos que significaba una permanente guerra.

Extracto del texto "Historia y Mito de los Caballeros templarios; un enfoque pedagógico © Jorge Pérez F